A lo largo de mi trayectoria con el trabajo terapéutico con padres y madres, por diversas problemáticas, psicológicas, psiquiátricas y sexológicas; si bien encaro el problema focal del momento ya sea depresión, angustia, ansiedad, etc.; en las historias clínicas o anamnesis, en este caso, de los padres con adolescentes de 12 o 13 años; la mayoría de las mamas y de los papas no se animan a hablar abiertamente de las necesidades biológicas y psicológicas de los chicos y chicas, creyendo que la escuela o colegio, abarca el tema desde hace cierto tiempo, sobre la educación sexual. Esto es un mito y mentira; salvo raras excepciones en algunas escuelas, que dependen también de la cintura o conocimiento que tengan, cuando digo esto, digo, libertad de hablar y no ser cuestionada y que los papis y mamis no pongan el grito en el cielo y que los profesores no tengan barreras para hablar libremente de estos temas.
Antaño, 2 o 3 generaciones, teníamos por lo general, la materia Anatomía Humana, que se daba en el 3º año del ciclo básico de bachillerato, comercio, técnico y agropecuario; o liceo de señoritas o señoritos o pupilos; que a decir verdad no era despreciable, pero era muy poco expresivo e indiferente. Hoy en día, los papas y las mamas, suponen y dicen “nena tenés que cuidarte” o “nene tenés que cuidarte” y yo les pregunto… De qué!? Si los chicos no tienen la más mínima idea aunque se piense lo contrario.
La verdad está en la consulta, que tampoco es garantía, porque depende del profesional interlocutor que también puede estar lleno de barreras tan perniciosas como la de los papás, docentes, los demás profesionales médicos, psicólogos, psiquiatras, trabajadoras sociales, abuelos, etc.; que temen ser cuestionados. No se dan cuenta que a la adolescencia le sorprende las manifestaciones biológicas que van delante de las psicológicas, es decir, el autoerotismo, que sería bueno que supieran ambos sexos de esta cuestión que sorpresivamente para muchos son traumáticas y/o culposas. Imaginemos lo difícil de esta cuestión y los padres lo llevan a un salto tan grande, que sería la vinculación con el otro o la otra.
Acostumbrémonos a dar tiempo a cada uno de los procesos. No podremos hablar de cosechar si aun no apareció el brote, en este caso de la semilla.
Recomiendo: Hacer una consulta, padres juntos o cada uno por su lado, que les aclare cómo manejarse con los adolescentes en la sexualidad. Empezando por el o la mayor, que puede ser multiplicado por 2 o 3 o 4, según la cantidad de hijos que tengan respectivamente. Para cerrar; en la sexualidad, como en la vida, es un constante aprendizaje, hasta para los mismos especialistas que estamos en el tema, es variable, dinámico, como el tiempo o la vida misma; cambiante.
Dr.Daniel Fanesi