Desde siempre, desde que oía en las sesiones terapéuticas a las pacientes tan enojadas con sus maridos, por lo general cuando en una época se formalizaba por civil e iglesia, que casi es una situación en extinción, la cual lo llevan a un formalismo de convivencia civil y matizado por ese toque mágico religioso que existe, se niegue o no, en toda mujer y se trae desde los ancestros.
Siempre me llamaba y aun me llama la atención las descripciones casi delirantes con respecto a los hombres, con las más grandes descalificaciones, lo cual me llevó a agudizar la observación del “por qué”. Si bien me costaba admitir, ahora me animaría a decir que de trasfondo hubo y hay una discapacidad de estas señoras de tener satisfacción sexual adecuadas, lo lamentable es que no tienen ni tendrán la capacidad de darse cuenta que ellas son las responsables de estas cuestiones.
Lamentablemente la medicina en general, la psiquiatría en especial y la psicología en gran parte, manejada por mujeres y muy distante de tener un criterio machista del cual no adhiero, se entra en una cuestión facilista de, “sepárate y solucionas el problema” y creo tener la autoridad porque no estoy hablando de uno o dos años de experiencia y actualmente sucede, es claro, es más fácil esto que ayudar a las pacientes frustradas sexuales, a aprender y poder resolver la problemática. Pero no las dejan ahí, con un odio irreproducible a sus ex parejas, casi por lo general en el fondo dependiendo de estos y peleando por cuestiones materiales, porque son mujeres dependientes, en el sentido más amplio de la palabra. Una vez solas, se supone, si tuvieron la suficiente capacidad para alentar a la separación, deben continuar a que estas víctimas de las frustraciones sexuales, a generar una autonomía económica, social y fundamentalmente sexual, que en esta ultima parte donde hago hincapié. Si ponemos en porcentajes, diría que un 10% por si solas llegan a darse cuenta y resuelven el problema, el otro 90% quedan con el mito de monstruo y en este caso el monstruo se llama HOMBRE. Mientras lo pueda sostener a través de la bronca, del odio, vale, pero cuando se cae como el muro de Berlín, pierden los argumentos de lo que genero la frustración y entran en depresiones y enfermedades psicosomáticas autodestructivas, donde la medicina puede ser cómplice en tanto y en cuanto no descubra el principio de lo que llevo a esto.
CONCLUSION:
Señoras, abran la mente, el cuerpo y el espíritu y descubran que las frustraciones sexuales son una de las más difíciles de superar y hacen terminar el final de los días con mucha amargura y resentimiento y que en ciertos casos sí es responsable el hombre y no lo niego.
Dr. Daniel Fanesi