El uso excesivo de psicofármacos, que se ha multiplicado desde el año 2000 hasta la fecha, en un uso indiscriminado sobre todo en los Benzodiacepínicos, no solo enmascaran la parte depresiva sino que también la preservan, con la consecuencia que trae ésta de por sí, de deterioro anímico, vital y hasta riesgo de vida. Lamentable, porque es como decir, curar un proceso infeccioso con aspirina y no tratar el problema con antibióticos pertinentes, que por otro lado a veces caemos en uso y abuso de los mismos.
Los Benzodiacepínicos, son un fuerte inhibidor del apetito sexual, tema muy importante que afecta a hombres y mujeres. En las mujeres produce inhibición de la parte orgasmática y en los hombres se jerarquiza en la inhibición del deseo.
Para los que no saben, los Benzodiacepínicos son por ejemplo: Diazepam, Clonazepam, Bromazepam y todos los que terminan en “pam” para este caso. Conclusión: Hacemos un círculo negativo aliviando los síntomas y “la fiebre” con aspirina, pero no salimos de la infección; a titulo de comparación; y llegamos al ya nombrado círculo negativo o vicioso con ansiedad, angustia, depresión y trastornos sexuales de leve, moderado a severos. Dejémonos de facilismo, del delivery de la salud, para llevarlo con terapia psicológica, psiquiátrica, y sexológica; y así despedirnos y dejar estos salvavidas de plomo que nos llevan al naufragio y no a la vida plena.
Dr. Daniel Fanesi.
