Lamentablemente, me veo forzado a escribir sobre esta temática. Los Urólogos, por lo general y excepcionalmente, tienen una Actitud de Omnipotencia ante los problemas relacionados con los trastornos urológicos, tanto de varones, en este caso dejando de lado los tratamientos con las mujeres, que también tienen unas implicancias contrarias a lo que es la sexualidad. En particular, con los hombres, los Estimados Colegas en Urología no tienen en cuenta lo que es la Sexualidad Masculina. Cuando alguno de los Pacientes, les manifiesta que ha iniciado tratamientos sexológicos, no solo que hacen caso omiso de las necesidades sexuales de sus Pacientes, y fundamentalmente en el grupo etario, en especial los de 50 a 75 años y excepcionalmente los de 75 a 100 años, por razones biológicas, sino que cuando llegan a la consulta, los referidos primeramente, siempre suelen haber trastornos prostáticos de diversas índoles, ya sean infecciosos, excepcionalmente por accidentes, y por qué no, tumorales la mayoría de las veces, pudiendo ser de índole benigno o de índole maligno. Aquí es donde comienza lo que, por lo general, termina siendo perjudicial, lamentablemente para los Pacientes, que a veces, a decir verdad, llegan con muchas limitaciones por prejuicios, por ignorancia, por desconocimiento, de que existe una Especialidad llamada Sexología. Pero esta Especialidad tiene la Profundidad, el Respeto, el Conocimiento, y en mi caso particular, donde abarco y tengo en cuenta todo lo que sea Biológico y Patológico, porque detrás de ésto hay un conocimiento, por el hecho de ser Médico, de todo lo que sea la Anatomía y la Patología del Aparato Urinario en su totalidad. Aclarado esto, se implementa tratamientos en la mayoría de los casos supletorios, de carencias hormonales, dado que entra en un proceso de Andropausia, con todo lo que esto implica y para que se entienda, es el opuesto o similar a la Menopausia en las mujeres. Aquí es donde surge el “Nudo Gordiano”, es decir, en buen romance, si el carro es tirado para atrás o para adelante por los caballos. Explicado esto, como ellos ven solamente la enfermedad, o supuesta enfermedad en el peor de los casos, los Profesionales de la Urología se escandalizan y meten miedo a los Pacientes y terminan frustrando la sexualidad de estos desgraciados hombres, convirtiéndolos en víctimas propiciatorias de Estados Depresivos Endorreactivos, no solo por lo mortificante de la enfermedad urológica sin tener el acompañamiento de un sexólogo que le dicte la desgracia de caer en una impotencia aguda o crónica generándole trastornos de pareja de difícil resolución, sino también, condenándolos a unos pobres infelices que deambulan por el resto de sus días en peregrinar de Psiquiatras o Psicólogos que desconociendo la temática, tanto de una o de otra parte, los llenan de fármacos que agrava aún más la vida de estos infortunados hombres.Sugiero: “IN TOTUM”, empleando la palabra en latín que significa “todo revuelto”.
